La distancia universitaria: La crisis del Coronavirus iniciada en 2020 ha demostrado la fragilidad de las sociedades del progreso, afectando a todas las dimensiones de la vida individual y colectiva, material e inmaterialmente.
La universidad damnificada
La crisis del Coronavirus iniciada en 2020 por supuesto también damnificó a la universidad, la cual reaccionaba de manera muy rauda al gran confinamiento decretado por el Estado de alarma. Se adaptó rápidamente a la primera distancia necesaria para evitar los contagios y el colapso del sistema sanitario. La enseñanza se hizo online sin estar pensada para ello a nivel general, con notables esfuerzos y algunas distorsiones. Las videoclases se improvisaron rápidamente (a través de Zoom y Skype) y las aulas virtuales se convirtieron en plataformas imprescindibles. Meses sin contacto presencial y con miedos lógicos entre profesores y alumnos, que acabaron con la particular desescalada española.